Sin ninguna explicación, entendemos el dolor ajeno.Intuimos la angustia y el desamparo de nuestros semejantes, pero en realidad a los porteños no, si ya se parecen brasileros con que lo que les pasa a ellos es lo peor de todo.Las trombas, la violencia,la droga y ahora hasta los si son 180 o si les faltan 14 a Palermo y toda la huevada a la que nos tienen acostumbrados.Entendamos de una vez y por todas...Dios esta en todos lados pero atiende en Baires.Pero no se olviden que el Diablo mete la cola en todos lados,sino preguntenle al ex presidente que le paso a los 500 millones que le faltan a Santa Cruz,a eso si seguro que los va a acusar y relacionar con algún movimiento de extrema no se que, con intenciones de desestabilizar este futuro que se nos acerca.Lo que pasa es que no alcanza a ver la espada de Damokles que se cierne sobre nuestras cabezas.La sonrisa mortal y siniestra del que ve venir la destrucción y tan solo mira y disfruta con el dolor ajeno.El infierno más temido es el que llevamos en nuestro interior,la meta es el paraíso que también está dentro nuestro pero ahogado por el calor del odio y de la pasión.
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