Luisina ya no va mas al Jardin Verna
de Javier Pigliacampo, el Martes, 30 de noviembre de 2010 a las 23:21
Hoy 30 de noviembre Luisina dejo de asistir al Jardín de la Escuela Verna, debido a que dicha institución no continua con el Proyecto de Integración. Entonces con Georgina escribimos una carta de despedida y agradecimiento. Hagan la Circular para que sepan lo que hicieron con nuestra hija. Por suerte pude leerla adelante de los papas que asistieron a la reunión que se realizó hoy y muchos papás se enteraron de lo que nos paso:
"...Luisina no va a continuar con sus hijos, ni va a continuar en esta escuela, por lo que queremos agradecer a la directora, la vice y a las señoritas que tuvieron a Luisina como alumna dentro de un proyecto de integración e inclusión. Por si algún papá no lo sabe Luisina tiene síndrome de Down.
Queremos que les cuenten a sus hijos, que Luisina siempre se sintió muy a gusto con su compañía, amistad y buen trato. Desde las invitaciones a los cumpleaños, hasta los alfajores extras que Martina traía para Luisina. Los chicos no hacen diferencias. Seguramente los va a extrañar.
Queremos agradecerles que no tuviera el acompañamiento necesario, ya que su equipo terapéutico fue citado por la dirección a mediados de septiembre, y las actividades no fueron adecuadas curricularmente para que Luisina las desarrolle dentro de sus tiempos y capacidades. De acuerdo al informe entregado a mediados de año: “su expresión oral no es adecuada a la edad, no reconoce ni copia su nombre y apellido ni otros nombres significativos, no identifica los cambios experimentados en la naturaleza, es muy dependiente del docente, o aún no ha logrado manipular la tijera”, son algunos de los objetivos que no logro, y que seguramente son fundamentales para el desarrollo de un chico con síndrome de Down, Señorita Roxana, ¿nunca se preguntó cuáles son las capacidades de Luisina y a partir de ellas tratar de alcanzar los objetivos que plantea?
Señora Directora Blanquita, ¿Qué pasó con la señal que le envió la Virgen, que le decía que Luisina tenía que ser alumna de la escuela, debido a que nació el 13 de junio? Ni nuestra hija ni cualquier otro niño son objetos de prueba, no nos sirve como respuesta “nos equivocamos, creíamos que íbamos a poder”. Esta fue su respuesta al informarnos el día 9 de septiembre que la escuela no continuaría con el proyecto de integración. Su temperamento caprichoso y autoritario fue más fuerte que la responsabilidad y coherencia que debe ejercer un directivo.
Queremos agradecerles que no permitan que pueda continuar en este jardín. Gracias a su decisión pudieron mostrarnos como trabajan, donde todo gira alrededor del miedo, castigo, o apercibimientos por incumplimientos. Y así nos hicieron ver que no es esto lo que queremos para Luisina.
Los que siempre se enriquecen con la experiencia de la integración, son los demás compañeros de la sala, que aprenden como tratar a un chico que no camina bien, como ayudarle a subir, como bancarse que se babee, como ayudarle con la mano a sostener algo. Y todo eso es muy útil para la vida, para la comprensión de que no somos todos iguales, de que nadie es perfecto. Aprender eso es necesario, porque nuestro mayor problema como sociedad es que no sabemos aceptar a las personas con discapacidades, no los tenemos en cuenta.
Los chicos con síndrome de Down tienen una capacidad que nosotros, los que supuestamente no somos discapacitados, no tenemos: el amor que ellos te dan es el doble del que reciben, y ustedes, personal del Jardín de Infantes se lo pierden, es más el amor que da nuestra hija ustedes no se lo merecen..."
"...Luisina no va a continuar con sus hijos, ni va a continuar en esta escuela, por lo que queremos agradecer a la directora, la vice y a las señoritas que tuvieron a Luisina como alumna dentro de un proyecto de integración e inclusión. Por si algún papá no lo sabe Luisina tiene síndrome de Down.
Queremos que les cuenten a sus hijos, que Luisina siempre se sintió muy a gusto con su compañía, amistad y buen trato. Desde las invitaciones a los cumpleaños, hasta los alfajores extras que Martina traía para Luisina. Los chicos no hacen diferencias. Seguramente los va a extrañar.
Queremos agradecerles que no tuviera el acompañamiento necesario, ya que su equipo terapéutico fue citado por la dirección a mediados de septiembre, y las actividades no fueron adecuadas curricularmente para que Luisina las desarrolle dentro de sus tiempos y capacidades. De acuerdo al informe entregado a mediados de año: “su expresión oral no es adecuada a la edad, no reconoce ni copia su nombre y apellido ni otros nombres significativos, no identifica los cambios experimentados en la naturaleza, es muy dependiente del docente, o aún no ha logrado manipular la tijera”, son algunos de los objetivos que no logro, y que seguramente son fundamentales para el desarrollo de un chico con síndrome de Down, Señorita Roxana, ¿nunca se preguntó cuáles son las capacidades de Luisina y a partir de ellas tratar de alcanzar los objetivos que plantea?
Señora Directora Blanquita, ¿Qué pasó con la señal que le envió la Virgen, que le decía que Luisina tenía que ser alumna de la escuela, debido a que nació el 13 de junio? Ni nuestra hija ni cualquier otro niño son objetos de prueba, no nos sirve como respuesta “nos equivocamos, creíamos que íbamos a poder”. Esta fue su respuesta al informarnos el día 9 de septiembre que la escuela no continuaría con el proyecto de integración. Su temperamento caprichoso y autoritario fue más fuerte que la responsabilidad y coherencia que debe ejercer un directivo.
Queremos agradecerles que no permitan que pueda continuar en este jardín. Gracias a su decisión pudieron mostrarnos como trabajan, donde todo gira alrededor del miedo, castigo, o apercibimientos por incumplimientos. Y así nos hicieron ver que no es esto lo que queremos para Luisina.
Los que siempre se enriquecen con la experiencia de la integración, son los demás compañeros de la sala, que aprenden como tratar a un chico que no camina bien, como ayudarle a subir, como bancarse que se babee, como ayudarle con la mano a sostener algo. Y todo eso es muy útil para la vida, para la comprensión de que no somos todos iguales, de que nadie es perfecto. Aprender eso es necesario, porque nuestro mayor problema como sociedad es que no sabemos aceptar a las personas con discapacidades, no los tenemos en cuenta.
Los chicos con síndrome de Down tienen una capacidad que nosotros, los que supuestamente no somos discapacitados, no tenemos: el amor que ellos te dan es el doble del que reciben, y ustedes, personal del Jardín de Infantes se lo pierden, es más el amor que da nuestra hija ustedes no se lo merecen..."
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