Muchas veces miro al final del día, buscando una respuesta, mis manos vacias de historias, tal vez negadas a contar. Como explicar que hace poco sentí angustia y no miedo, cuando sentí en mi garganta el frío de la hoja que amenazaba mi vida. Angustia de no haber hecho todo lo que debo, más de lo que puedo y es obligación mía de hacer.
Como explico que no me arrepiento de lo que pienso para con los ladrones, homicidas, violadores y todo aquel que transite el camino errado y se mantenga fuera de la ley de Dios. Como hago para que entiendan que hay que hacerse cargo de todo lo que uno es, y de esa manera aceptar las consecuencias, los fallos a favor y en contra, los vericuetos a los que la vida nos acostumbra y pone a prueba, esa prueba que muchas veces, no nos entrega la nota hasta el último día de nuestras vidas, cuando no podemos ver ni oír, alguien que día,...Hizo lo que pudo, y lo que no, ya no importa porque con eso bastó, era un buen tipo.
Como hago hoy para creer en un mañana mejor y en una vida simple, sin violencia ni embidia, sin egoismo ni soberbia, y con mucho más amor.
Como les digo a mis hijos, que camino elegir, si aún tengo dudas de mis caminos recorridos, y que han sido muchos, tanto como los tropiezos dados y golpes recibidos. Como se hace para no olvidar las obligaciones de ser uno, queriendo ser mejor y más simple.
Como se hace no lo sé, pero lo intento.
1 comentario:
He leido tus entradas que tenía pendientes por los días de "ausencia" y ciertamente son muy interesantes y alguna como la presente me han hecho reflexionar.
Un abrazo.
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