>Sucedio lo que estaba previsto, la hipocrecía se vistio de acto cívico en memoria de los desaparecidos, para dar rienda suelta al rencor y al odio. Se levantaron otra vez las voces de protesta contra el sistema, que alguna vez imperó sobre nuestra patria, y que dejó miles de victimas inocentes, de un lado y del otro.
Y nuevamente las escuelas siguen contando las verdades a medias, disfrazando el dolor de un solo sector como el único dueño de la verdad, dando nombre a los muertos de una sola facción en guerra, y dando la razón al que más muertos tuvo, y no al que arrojó la primera piedra.
Nos olvidamos de la memoria de los papeles, que ordenaban aniquilar a los subersivos, no nos recuerdan quien dió la orden, tan solo quien la ejecutó, hoy hay muchas ordenes dando vueltas y los encargados de ejecutarlas, se disfrazan de justicia, brazos armados de una violencia imperante con ropa de democracia.
Nada bueno puede venir del riñón más violento de nuestra sociedad, engañandonos con el pasado, nos piden que agachemos la cabeza ante los criminales que violan, roban y matan a nuestros seres más queridos. Abuelas y Madres de Plaza de Mayo,¿ que hacian cuando sus hijos secuestraban y mataban, o tan solo los malos estaban del otro lado?.
Hoy tenemos más obligaciones que derechos, los ex-combatientes, se arrastran por nuestra patria, olvidados y lamiendo sus heridas de guerra, por defender nuestra patria, ellas disfrutan de jugozas pensiones, que de nuestros impuestos salen, será esta la correcta distribución de las riquezas.
Basta de mentiras, digan por una vez la verdad, y bajen sus dioses falsos del altar de la gloria.
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