He descubierto que no le tengo miedo a la muerte, tan solo miedo por los que dejo, no es que me crea indispensable, sino por el contrario saber si les he dado todo lo que merecían, transmitido todo lo que quería decirles, y si lo entendieron, tal vez tengo demasiados códigos, a veces innecesarios, pero códigois al fin. Muchos no entienden que la palabra vale más que cien firmas, y sin embargo se cagan en ellas, en las palabras digo, nosotros o los otros.
Un mundo sin códigos no es mundo real, es tan solo un mundo sin alma.
Mi alma es blanca, porque no se regala, se ganó a si misma día tras día, espacio mas espacio, tiempo por tiempo.Angustiante situación la de vivir por vivir, los demás no te entienden y tan solo ponen piedras en tu camino.
No conozco otra verdad, tan solo la de la verdad dicha a tiempo, no conozco otro código que el de no mentirnos a nosotros mismos, tan solo alentarnos a no mentir.
La vida nos enseña y al momento de recibir el diploma, pasa la guadaña, nos abraza y chau, fuiste, la vida te da la paz y el amor que necesitabas, esto es pasajero, el tiempo lo determina, la frecuencia horaria es el tic-tac de tu corazón
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