Cómo hacer frente al robo y al daño:
Es doloroso cuando los niños roban ó dañan la propiedad que se les ha proveído. Es un problema muy frecuente. Primero, es necesario calcular el daño y luego pensar por qué puede haber ocurrido.¿Fueron realmente los niños ó personas ajenas, jovenes mayores ó el público mismo tratando de destruir el proyecto?. Si fueran los niños mismos se debe tratar de descubrir la verdadera razón que los llevó a realizar este hecho, y posteriormente que ellos mismos traten de subsanar lo acontecido con los bienes de todos. Estos tipos de actos siempre sucederán en todos los proyectos de esta índole, sirven para afianzar o corregir el camino.
Cuando uno pasa por momentos difíciles con frecuencia hay cosas que nos hacen pensar en su éxito, por lo general de parte de los niños mismos. Por esto es que vale la pena seguir adelante.
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En muchas ciudades y pueblos, las calles se están transformando en el hogar para un sin número de niños.
La inseguridad, el SIDA, la pobreza y otros factores empujan a los niños a las calles, pero la ruptura de las estructuras familiares tradicionales y el consecuente deterioro de la moral y de la cultura, empeoran la situación.
La educación tradicional le daba a la gente joven valores de respeto, trabajo intenso y buen comportamiento. La educación religiosa era una obligación para todos los niños en el hogar. Las tradiciones aseguraban estabilidad familiar, hoy tan solo se ven ejemplos de zozobra en las parejas.
La violencia social a la cual están expuestos nuestros niños, hace que sea imperioso sacarlos de la calle, no violentamente sino por el contrario, mostrandoles que hay otro camino, y no el de las dádivas gubernamentales de turno, que tan solo persiguen un fín electoralista.
No arreglaremos una calle en campaña, sino que será esa misma calle la plataforma de campaña para que cada día haya menos violencia, pobreza y desocupación.
Nuestros niños en las calles, son los pintores, escritores, mecánicos, médicos, maestros, científicos y políticos del mañana, si no los ayudamos hoy, ninguno de ellos nos dará una mano para levantarnos cuando estemos postrados y los años nos caigan sobre nuestras espaldas.(continuará)
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