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martes, 16 de febrero de 2010

EL QUE BUSCA SIEMPRE ENCUENTRA, Y LA VERDADERA HISTORIA NO MIENTE


La conexión nazi del general Perón

 El ex presidente argentino se relacionó estrechamente con el Tercer Reich, según revelan documentos secretos de los servicios de inteligencia suizos, que han sido desclasificados recientemente

Juan Domingo Perón mantuvo relaciones estrechas con el nazismo, según se desprende de los documentos del servicio de inteligencia de Suiza que ahora han sido desclasificados.
El expediente suizo sobre el ex presidente argentino cubre hasta su fallecimiento, el 1 de julio de 1974, y arranca en 1960, cuando Suiza sospechaba que, exiliado en Madrid, tras ser derrocado en 1955, pretendía radicarse en Gland, cerca de Ginebra, en una casa que, en teoría, era propiedad de su compatriota y amigo Silvio Carlos René Tricerri.
Adquirida en junio de 1955, el mes en que Perón logró atajar un intento de golpe de Estado que lo expulsó del poder tres meses después, la mansión se llamaba Les Charmettes. Su titularidad la ejercía una sociedad del mismo nombre, controlada por Tricerri, un rico comerciante de granos establecido en Lausana que visitaba a Perón en Madrid.
HOLDING DEL TERCER REICH
El seguimiento realizado por la policía suiza a Tricerri llegó hasta su hermano Fernando, también domiciliado en Lausana. Una nota del 4 de abril de 1960 lo sitúa dirigiendo la sucursal de la Sociedad Financiera e Industrial (Sofindus), con base en España y considerada el hólding de la retaguardia financiera del Tercer Reich. Sofindus fue montada por Johannes Bernhardt, un general de la SS subordinado de Walter Schellenberg, responsable del contraespionaje nazi en el extranjero, quien la nutrió con capitales durante la segunda guerra mundial.
Casado con la alemanoargentina Elena Wiedenbrück, hija de un ex cónsul honorario alemán con viñedos en Mendoza (Argentina), Bernhardt creó Sofindus en Madrid. La sociedad formó con otras dos empresas radicadas en España, Omoex e Hisma, una ingeniería comercial y financiera que facilitaba a Alemania productos químicos, eléctricos y agrícolas, así como servicios bancarios, navieros y de seguros. Al final de la guerra, trabajó blanqueando dinero y oro y dedicándose al tráfico de criminales de guerra.
El principio del hilo entre Sofindus y Perón aparece en 1946, cuando el presidente argentino creó los servicios de inteligencia y puso al frente a Rodolfo Rudi Freude, hijo del alemán Ludwig Freude, un multimillonario amigo de Perón. Con el fin de coordinar el traslado de los nazis perseguidos a Argentina, Perón designó en 1947 a Horst Alberto Carlos Fuldner, excapitán de las SS de origen argentino, y creó en Génova la Delegación Argentina de Inmigración en Europa.
LAS RUTAS DE FUGA
Fuldner, que nació y pasó su niñez en Buenos Aires, recibió formación militar en Alemania y fue agente particular del jefe de las SS Heinrich Himmler. Debido a ese cargo, participó en las actividades de Sofindus en Madrid. Finalizada la guerra y con un pasaporte de enviado especial del presidente de Argentina , Fuldner se convirtió en una pieza clave para lograr las autorizaciones, articular las coberturas y trazar las rutas utilizadas por los fugitivos que se refugiarían en Argentina, entre los que cabe destacar a Josef Mengele, el médico de Auschwitz; Adolf Eichmann, teniente coronel de las SS y ejecutor de la Solución Final; Gerhard Bohne, administrador del programa de eutanasia de Hitler; Erich Priebke, implicado en la matanza de las Fosas Ardeatinas de Roma, y Joseph Schwammberger, responsable de la represión de judíos en Polonia. En 1947, bajo el paraguas institucional de Freude y con la participación de Fuldner, el entonces embajador en Berna y hoy difunto Benito Llambí abrió un Centro Argentino de Emigración en la capital helvética. Allí se tramitaron visados y salvoconductos para que unos 300 criminales nazis viajaran a Buenos Aires con papeles de identidad extendidos a nombres falsos. Los archivos federales suizos atestiguan el paso de Fuldner por aquella central de reclutamiento, que funcionó hasta 1949.
Una vez en Argentina, Fuldner --que murió en Madrid en 1992-- continuó asistiendo a los nazis fugados.
“Los investigadores suizos no lograron desentrañar el origen de la fortuna de Silvio Tricerri, pero estaban convencidos de que trabajaba para traer a Perón a los alrededores de Lausana. El Gobierno suizo redactó una orden preventiva para impedir la entrada de Perón en el país. Se suponía que Perón había transferido una fortuna a los bancos suizos, vinculada a un extraño cargamento de 400 toneladas de oro. Paralelamente, se creía que el ex presidente reciclaba capitales del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. Nada de todo esto pudo ser verificado. Interrogado por la policía suiza el 2 de mayo de 1960, Tricerri negó ser el testaferro de Perón, pero admitió que éste había realizado inversiones en la empresa alemana Mercedes Benz, y afirmó que el proyecto de domiciliarse en Lausana había sido abandonado, al conocer la oposición del Gobierno federal.” 

Es evidente que el ejemplo, salvando las distancias históricas, y el contexto en el cual sucedieron , colaboran para entender el pensar de los Kirchner, tan solo el destino final será enriquecer cada día más su patrimonio personal, a sabiendas de que la miseria social y moral de los Argentinos, colabora para que puedan cumplir con sus deseos.






1 comentario:

jotabede1 dijo...

Siempre he dicho que en este país, España, se ha refugiado gentuza de muy mala calaña. Así nos va.
Un abrazo.

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