UN TITULO SERÍA LAPIDARIO PARA EL SENTIMIENTO...JUSTICIA Y PAZ.

País extraño si lo hay, las heridas duelen según las clases sociales, la inseguridad es sensación para unos, y muerte para otros, podemos ser el blanco, ó simplemente el brazo ejecutor, que según el color del cristal de la mira, tendrá insidencia en los acontecimientos, sino sos político, famoso ó simplemente un poderoso empresario, serás seguramente un número en la lista de los muertos de la maldita democracia que nos están haciendo padecer.
Tinelli, Legrand, Gimenez, son simplemente la cara pública de un pueblo que no tiene referentes que los saquen a las calles, las mismas marchas que se repitieron durante el corralito impulsado por Cavallo, durante el gobierno de la Alianza, que terminó con el gobierno de De la Rúa, hoy deberían repetirse para que esto cambie, pero los mismos que nos llevaron a esto son los que antes marchaban, y hoy los intereses siguen siendo para ellos y no para el pueblo.
No deberíamos asustarnos de si alguno de los famosos, que se declara en contra de este gobierno, y a favor de la paz social, termina asesinado en su casa, en un aparente intento de robo, ya que estos códigos mafiosos imperan durante estos gobiernos dictatoriales, la historia no contada, habla de grupos armados, enviados por los secuaces de Perón, a silenciar a la oposición política y sindical, para mas acá en el tiempo, los Montoneros, la Triple A, los Piquetes, los Sindicatos Pesados.

Toda la historia Argentina vuelve sobre sus pasos, no faltará la cañonera que los saque, ó el avión particular que los traslade a una isla paradisíaca, donde disfrutar de su fortuna malhabida.
Seguir cuesta cada día más, aquí te apuntan y te ejecutan, pero ya se han escuchado mas de una vez, la escuza de que, "lo que pasa loco es que lo que nos dan con el plan no alcanza", entonces salímos de caño, mi primo me hace la segunda, y calladito ó sos boleta...y así hasta el cansancio, una y otra vez en las avenidas de mi ciudad, donde los comerciantes le ponen el pecho a la crisis, se lo deben poner a las balas, si a las balas, porque aquí seguimos alimentando la generación de la vagancia, del dinero fácil, de la droga libre y de la prostitución, como la peor degradación del ser humano. La conciencia del trabajo, que trajeron nuestros abuelos inmigrantes, quedó ya en el olvido.
Defendernos no sirve de nada, tan solo nos asegura una cómoda celda, seguramente al lado del pariente más cercano al ladrón, que nos obligaron a matar, por el simple hecho de defender nuestras vidas y las de los que más queremos.
Nadie esta seguro en este país, tan solo habrá que esperar a que todo caiga por su propio peso, pero es de cobardes dejar los brazos a un lado, entonces que es lo que tenemos que hacer, armarnos y volcar a las calles toda nuestra angustia...Si me pasase a mí, ya tengo decidido que hacer, mi esposa seguro lo censurara, peor sería no haberlo hecho, la calle siempre fue mi territorio, y me maneja con sus códigos.